Tuve ocasión de estar hace unos años en un cumpleaños que se celebró en un bar, pero no vi más allá de la plaza donde estaba ubicado. Esta vez la visita ha sido completa. La localidad está en la cara este de un enorme peñasco, coronada por las ruinas de un castillo basten bien conservado.
En la cara trasera de la montaña tenemos el cañón del río Turia y una enorme roca de pared vertical que se asoma a este deasfiladero impresionante. El sendero que tomamos y que rodea a esta gran roca, termina en el lado opuesto donde se incia, justo ya en el casco antiguo, el cual es una maravilla para la vista con sus callejones estrechos y bien cuidados.
En el centro de la población tenemos la iglesia, ubicada en una estrecha plaza donde comienza la subida al castillo. Las vistas desde la fortaleza no son para obviar, sino todo lo contrario. La construcción destaca por ser alargada cubriendo todo el macizo y asombra su muralla en muy buen estado.
En el centro de la población tenemos la iglesia, ubicada en una estrecha plaza donde comienza la subida al castillo. Las vistas desde la fortaleza no son para obviar, sino todo lo contrario. La construcción destaca por ser alargada cubriendo todo el macizo y asombra su muralla en muy buen estado.
Por la carretera, bordeando el Turia y ascendiendo a las altas cumbres, llegamos a Sot de Chera. Un pequeño pueblito a los pies del río Sot que lo atraviesa. Bastante pintoresca es la torre del castillo, al cual no pudimos acceder, que está pegada al rio sobre una gran roca. Las callejuelas que rodean la torre recuerdan a un pequeño pueblo andaluz con sus casas de blanco y llenas de macetas.
Tras comer a la vera del río emprendemos la marcha por la localidad donde destaca el entorno de la iglesia y las calles que mueren en ella. Un pequeño lavadero, aun en uso, marca el inicio hacia nuestra siguiente parada: las cuevas del morrón. Más que cuevas son unas grandes aberturas en lo alto de la roca sobre la gran montaña que corona el pueblo. Sin duda el acceso a estas son un deleite para cualquier cabra montesa...
Continuamos el sendero que lleva hasta lo más alto de la montaña: el mirador del morrón. Allí la altura se hacia notar y el viento marcaba su presencia. Las vistas del municipio son espectaculares y el entorno del parque natural de Chera - Sot de Chera quita el habla. Volvemos hacia el coche y en la bajada del sendero hacemos honor al nombre de la roca del morrón y uno de nosotros se da un buen morrón cual cabrá inexperta.
Quitado este ultimo percance, la visita a la dos villas ha sido excepcional. Vistas muy chulas y senderos dignos de amantes del senderismo.
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