domingo, 20 de enero de 2013

Dos Aguas - Millares

Esta ha sido la segunda excursión del año, en la que hemos querido visitar estas dos localidades ubicadas en la zona central interior de la provincia de Valencia, castigadas el pasado verano por un devastador incendio.

Bordeando Torrent, nos dirigimos hacia Montserrat para seguir hasta Real, donde allí tomamos el desvío hacia Dos Aguas.

El terreno comienza a hacerse abrupto y ascendemos la montaña para luego descender hacia la localidad perteneciente a La Hoya De Buñol. 



Sin duda, Dos Aguas sorprende por su paisaje serrano, aun con el dolor de su entorno chamuscado. La localidad está enclavada en una pequeño macizo, coronada por las ruinas de una torre de un antiguo castillo al cual no se tiene acceso.

El casco antiguo es muy escarpado y estrecho y llaman la atención sus empinadas callejuelas. El entorno esta repleto de barrancos que van a desembocar al rió Júcar, situado a unos pocos kilómetros al sur.


Continuamos ahora en dirección a Millares, ya en La Canal de Navarrés, paralelos al río Júcar y llegamos en pocos minutos ya que los municipios se encuentran muy cerca.
Millares también se haya enclavado en un pequeño emplazamiento elevado. Sus calles son mas amplias en las partes mas altas. Destacan algunas calles largas con bastante pendiente. 
En la parte baja encontramos el casco antiguo donde se ubica la iglesia y a partir de esta las callejuelas se dispersan hacia los mas alto. Hay diversos lavaderos antiguos donde sus aguas todavía fluyen y van a parar al río.

Cerca de la iglesia encontramos un pequeño bar de pueblo donde decidimos comer. Pedimos un bocadillo de tortilla con jamón a la plancha en plan crujiente y exquisito. Lo que no fue tan bueno era el ambiente tan ruidoso del bar a pesar de haber poca gente.

Con el estómago lleno emprendimos de nuevo la marcha en busca del Salto de Millares, un zona de pantanos, donde se encuentra una antigua central eléctrica en la que destaca una pared vertical en la piedra y con acceso peatonal por la misma que va desde el lecho del rió hasta lo mas alto de la central. Afortunadamente, el paso se encontraba cortado por seguridad ya que habiendo, posteriormente, divisado algunos vídeos de otros aventureros subiendo por las escaleras de este lugar, se nos habrían quitado las ganas de haber subido por la impresión que nos dio.


Volviendo tuvimos la sorpresa de toparnos con dos cabras montesas que saltaron a un par de metros delante de nuestro coche, sin duda impactante. Por lo demás, paisajes bastante agradables pero sin destacar nada que no hayamos visto antes.



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