Por fin hemos retomado las excursiones después del parón navideño. Esta vez ha tocado repetir en la provincia de Castellón y media hora antes de emprender la marcha, hemos decidido que fuera Vilafamés por unas fotos que hemos visto por internet que nos han llamado la atención. Así mismo hemos decidido añadir también Oropesa como visita ya que se encontraba cerca de la ruta.
Sin duda Vilafamés nos ha dado la sorpresa. Por las fotos que habíamos visto en la web sabíamos que era un lugar pintoresco pero una vez allí el adjetivo se quedaba pequeño.
La primera parada precisaba de un café, para terminar de despertarnos, en una cafetería-panadería en una plaza céntrica próxima al casco urbano, a los pies de la colina.
Desde la plaza se podía apreciar una pequeña panorámica del casco antiguo con la iglesia y el castillo en lo más alto, todo enclavado en la piedra de la montaña.
Comenzando la subida hacia el casco nos topamos con la primera impresión: "La Roca Grossa", una enorme roca de algo mas de 2 toneladas de peso adosada en la ladera a los pies de una de las calles principales del municipio. Sin duda, impresionante.
Comenzamos el ascenso y nos topamos con calles y cases empedradas y pintorescas hasta llegar a la plaza donde se encuentra la iglesia. Junto a ella, un pequeño mirador nos asoma a una vista maravillosa de la población y la sierra que lo envuelve.
Ya en lo más alto, nos topamos con el castillo, muy bien cuidado, ordenado y limpio. Restaurado desde no hace mucho pero aun así sin perder su encanto original enclavado en el entorno.
Saliendo del castillo, nos alejamos del centro para llegar a uno de los extremos del poblado para tomar otra perspectiva del pueblo. Ya en las afueras, la panorámica que se nos brinda es inmejorable.
Tras tomar diversas fotos, emprendemos la bajada a la plaza donde habíamos aparcado el coche para ir ahora hacia Oropesa.
Llegamos a Oropesa, una villa turística costera que se encuentra en "stand by" en esta época del año, lejos del bullicio y las aglomeraciones. Tras una breve vuelta de reconocimiento por la zona, decidimos parar para comer en un restaurante chino que se nos había antojado. Ya eran poco mas de las 15h y google nos había encontrado el restaurante chino "Levante". En él no había nadie y esto nos hizo dudar de la calidad del local pero nos aventuramos y decidimos pedir el menú para dos. Debemos decir que fuera tópicos y pese a la ausencia de comensales, salimos satisfechos del chino. Por poco más de ocho euros, degustamos unos platos dignos y sabrosos sin salir, eso si, de lo tradicional.
Con las barrigas llenas, nos adentramos en el centro del pueblo para subir a su casco antiguo.
Sin nada que resaltar de este, salvo que estaba recientemente remodelado y el castillo se hallaba en rehabilitación. Sin ningún mayor atractivo, salimos de este insípido entorno urbano y nos dirigimos al paseo marítimo para ser acariciados por la brisa marina.
Tras un breve paseo bordeando la arena de la playa llegamos a la zona rocosa donde los pescadores probaban suerte mientras caía la tarde.
El mar presentaba un estado calmado y apacible que, sin duda, inspiraba al relax. Tras tomar diversas panorámicas por el entorno decidimos volver para Valencia.
En resumen: Vilafamés sorprende a lo grande mientras que Oropesa sabe a poco, quizás sea porque la época ideal para visitar la villa costera sea la estival.
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