domingo, 27 de enero de 2013

Chulilla - Sot de Chera

Chulilla... bien hace honor a su nombre y bien chula es.

Tuve ocasión de estar hace unos años en un cumpleaños que se celebró en un bar, pero no vi más allá de la plaza donde estaba ubicado. Esta vez la visita ha sido completa. La localidad está en la cara este de un enorme peñasco, coronada por las ruinas de un castillo basten bien conservado.



En la cara trasera de la montaña tenemos el cañón del río Turia y una enorme roca de pared vertical que se asoma a este deasfiladero impresionante. El sendero que tomamos y que rodea a esta gran roca, termina en el lado opuesto donde se incia, justo ya en el casco antiguo, el cual es una maravilla para la vista con sus callejones estrechos y bien cuidados.



En el centro de la población tenemos la iglesia, ubicada en una estrecha plaza donde comienza la subida al castillo. Las vistas desde la fortaleza no son para obviar, sino todo lo contrario. La construcción destaca por ser alargada cubriendo todo el macizo y asombra su muralla en muy buen estado.
Finalmente un café en el mencionado bar del principio, pone punto de partida hacia Sot de Chera.



Por la carretera, bordeando el Turia y ascendiendo a las altas cumbres, llegamos a Sot de Chera. Un pequeño pueblito a los pies del río Sot que lo atraviesa. Bastante pintoresca es la torre del castillo, al cual no pudimos acceder, que está pegada al rio sobre una gran roca. Las callejuelas que rodean la torre recuerdan a un pequeño pueblo andaluz con sus casas de blanco y llenas de macetas.



Tras comer a la vera del río emprendemos la marcha por la localidad donde destaca el entorno de la iglesia y las calles que mueren en ella. Un pequeño lavadero, aun en uso, marca el inicio hacia nuestra siguiente parada: las cuevas del morrón. Más que cuevas son unas grandes aberturas en lo alto de la roca sobre la gran montaña que corona el pueblo. Sin duda el acceso a estas son un deleite para cualquier cabra montesa...



Continuamos el sendero que lleva hasta lo más alto de la montaña: el mirador del morrón. Allí la altura se hacia notar y el viento marcaba su presencia. Las vistas del municipio son espectaculares y el entorno del parque natural de Chera - Sot de Chera quita el habla. Volvemos hacia el coche y en la bajada del sendero hacemos honor al nombre de la roca del morrón y uno de nosotros se da un buen morrón cual cabrá inexperta.



Quitado este ultimo percance, la visita a la dos villas ha sido excepcional. Vistas muy chulas y senderos dignos de amantes del senderismo.



domingo, 20 de enero de 2013

Dos Aguas - Millares

Esta ha sido la segunda excursión del año, en la que hemos querido visitar estas dos localidades ubicadas en la zona central interior de la provincia de Valencia, castigadas el pasado verano por un devastador incendio.

Bordeando Torrent, nos dirigimos hacia Montserrat para seguir hasta Real, donde allí tomamos el desvío hacia Dos Aguas.

El terreno comienza a hacerse abrupto y ascendemos la montaña para luego descender hacia la localidad perteneciente a La Hoya De Buñol. 



Sin duda, Dos Aguas sorprende por su paisaje serrano, aun con el dolor de su entorno chamuscado. La localidad está enclavada en una pequeño macizo, coronada por las ruinas de una torre de un antiguo castillo al cual no se tiene acceso.

El casco antiguo es muy escarpado y estrecho y llaman la atención sus empinadas callejuelas. El entorno esta repleto de barrancos que van a desembocar al rió Júcar, situado a unos pocos kilómetros al sur.


Continuamos ahora en dirección a Millares, ya en La Canal de Navarrés, paralelos al río Júcar y llegamos en pocos minutos ya que los municipios se encuentran muy cerca.
Millares también se haya enclavado en un pequeño emplazamiento elevado. Sus calles son mas amplias en las partes mas altas. Destacan algunas calles largas con bastante pendiente. 
En la parte baja encontramos el casco antiguo donde se ubica la iglesia y a partir de esta las callejuelas se dispersan hacia los mas alto. Hay diversos lavaderos antiguos donde sus aguas todavía fluyen y van a parar al río.

Cerca de la iglesia encontramos un pequeño bar de pueblo donde decidimos comer. Pedimos un bocadillo de tortilla con jamón a la plancha en plan crujiente y exquisito. Lo que no fue tan bueno era el ambiente tan ruidoso del bar a pesar de haber poca gente.

Con el estómago lleno emprendimos de nuevo la marcha en busca del Salto de Millares, un zona de pantanos, donde se encuentra una antigua central eléctrica en la que destaca una pared vertical en la piedra y con acceso peatonal por la misma que va desde el lecho del rió hasta lo mas alto de la central. Afortunadamente, el paso se encontraba cortado por seguridad ya que habiendo, posteriormente, divisado algunos vídeos de otros aventureros subiendo por las escaleras de este lugar, se nos habrían quitado las ganas de haber subido por la impresión que nos dio.


Volviendo tuvimos la sorpresa de toparnos con dos cabras montesas que saltaron a un par de metros delante de nuestro coche, sin duda impactante. Por lo demás, paisajes bastante agradables pero sin destacar nada que no hayamos visto antes.



domingo, 13 de enero de 2013

Vilafamés - Oropesa

Por fin hemos retomado las excursiones después del parón navideño. Esta vez ha tocado repetir en la provincia de Castellón y media hora antes de emprender la marcha, hemos decidido que fuera Vilafamés por unas fotos que hemos visto por internet que nos han llamado la atención. Así mismo hemos decidido añadir también Oropesa como visita ya que se encontraba cerca de la ruta.

Sin duda Vilafamés nos ha dado la sorpresa. Por las fotos que habíamos visto en la web sabíamos que era un lugar pintoresco pero una vez allí el adjetivo se quedaba pequeño.

La primera parada precisaba de un café, para terminar de despertarnos, en una cafetería-panadería en una plaza céntrica próxima al casco urbano, a los pies de la colina.

Desde la plaza se podía apreciar una pequeña panorámica del casco antiguo con la iglesia y el castillo en lo más alto, todo enclavado en la piedra de la montaña.

Comenzando la subida hacia el casco nos topamos con la primera impresión: "La Roca Grossa", una enorme roca de algo mas de 2 toneladas de peso adosada en la ladera a los pies de una de las calles principales del municipio. Sin duda, impresionante.


Comenzamos el ascenso y nos topamos con calles y cases empedradas y pintorescas hasta llegar a la plaza donde se encuentra la iglesia. Junto a ella, un pequeño mirador nos asoma a una vista maravillosa de la población y la sierra que lo envuelve.


Ya en lo más alto, nos topamos con el castillo, muy bien cuidado, ordenado y limpio. Restaurado desde no hace mucho pero aun así sin perder su encanto original enclavado en el entorno.


Saliendo del castillo, nos alejamos del centro para llegar a uno de los extremos del poblado para tomar otra perspectiva del pueblo. Ya en las afueras, la panorámica que se nos brinda es inmejorable.


Tras tomar diversas fotos, emprendemos la bajada a la plaza donde habíamos aparcado el coche para ir ahora hacia Oropesa.

Llegamos a Oropesa, una villa turística costera que se encuentra en "stand by" en esta época del año, lejos del bullicio y las aglomeraciones. Tras una breve vuelta de reconocimiento por la zona, decidimos parar para comer en un restaurante chino que se nos había antojado. Ya eran poco mas de las 15h y google nos había encontrado el restaurante chino "Levante". En él no había nadie y esto nos hizo dudar de la calidad del local pero nos aventuramos y decidimos pedir el menú para dos. Debemos decir que fuera tópicos y pese a la ausencia de comensales, salimos satisfechos del chino. Por poco más de ocho euros, degustamos unos platos dignos y sabrosos sin salir, eso si, de lo tradicional. 

Con las barrigas llenas, nos adentramos en el centro del pueblo para subir a su casco antiguo.
Sin nada que resaltar de este, salvo que estaba recientemente remodelado y el castillo se hallaba en rehabilitación. Sin ningún mayor atractivo, salimos de este insípido entorno urbano y nos dirigimos al paseo marítimo para ser acariciados por la brisa marina.
Tras un breve paseo bordeando la arena de la playa llegamos a la zona rocosa donde los pescadores probaban suerte mientras caía la tarde.


El mar presentaba un estado calmado y apacible que, sin duda, inspiraba al relax. Tras tomar diversas panorámicas por el entorno decidimos volver para Valencia.

En resumen: Vilafamés sorprende a lo grande mientras que Oropesa sabe a poco, quizás sea porque la época ideal para visitar la villa costera sea la estival.